Y la casa sin barrer
España aguarda la decisión de Pedro Sánchez sobre su continuidad en el Gobierno, mientras se revelan informes preocupantes sobre la situación laboral, la falta de viviendas y la alta carga fiscal. Las estadísticas gubernamentales, a menudo manipuladas, no reflejan la realidad. La Encuesta de Población Activa del primer trimestre muestra una disminución de 140.000 empleados y un aumento de 117.000 desempleados, evidenciando una pérdida de impulso en el mercado laboral. La Ley de Vivienda, criticada por el Banco de España, no ha logrado solucionar la escasez de viviendas ni limitar los precios de alquiler. A pesar de los fondos recibidos de Europa, solo el 24% ha tenido un impacto real en el crecimiento económico. Sin embargo, estas preocupaciones parecen estar en segundo plano para el presidente, cuya atención se centra en las investigaciones judiciales contra su esposa y el escrutinio de los medios de comunicación.
España entera está pendiente, como es lógico, de la decisión que Pedro Sánchez comunique mañana lunes sobre su continuidad o no al frente del Gobierno.
Mientras "el rey del drama" como lo ha llamado "The Economist" deshoja la margarita, se han publicado varios informes preocupantes sobre la situación del mercado laboral, la falta de viviendas y la tremenda carga fiscal que soportamos. Es ya un clásico que digan lo que digan los organismos públicos o las instituciones internacionales, todo en este país va de maravilla. La facilidad con que el gobierno retuerce las estadísticas ya no sorprende, aunque sea de una irresponsabilidad absoluta. Difícilmente, se pueden solucionar los problemas si el diagnóstico es erróneo, si te haces trampas en el solitario.
La EPA del primer trimestre es una buena muestra de ello. Casi 140.000 ocupados menos y 117.000 parados más atestiguan que el mercado laboral español ha perdido impulso. De hecho, de enero a marzo se ha producido la mayor caída de empleo en cuatro años. En este periodo, han aumentado los "ninis" y los hogares con todos sus miembros en paro. Además, hay 114.000 ocupados menos en el sector privado y casi 200.000 empleos menos a tiempo completo. La radiografía no tiene dobleces: el ajuste de empleos que se ha producido es el mayor de la última década, dejando fuera por obvio el año 2020.
Pero es que la Ley de Vivienda que nos iban a copiar es para el Banco de España un auténtico despropósito. Asegura el banco emisor que faltan cientos de miles de viviendas, se necesita más suelo, hay que acabar con la ocupación y por supuesto con el límite a los precios del alquiler. La crítica no debería sorprendernos porque es lo que llevan años diciéndonos desde el sector, aunque el Gobierno se empeñara en poner en marcha medidas fracasadas ya en otros países y no mueva un papel para que esas viviendas que siempre prometen en campaña electoral vean de verdad la luz.
Hay muchas cosas por hacer, como por ejemplo lograr que los miles de millones que han venido de Europa realmente sirvan para lo que fueron creados esos fondos. Esta semana la AIReF ha asegurado que apenas el 24% de lo ejecutado, 18.900 millones de euros, ha tenido realmente algún efecto en el crecimiento económico. Sin embargo, no es nada de esto lo que preocupa y ocupa a nuestro presidente. La cantidad de impuestos que pagamos mientras la recaudación marca otro récord, que no haya viviendas asequibles, ni empleo para nuestros jóvenes, no. Importa que un juez haya abierto diligencias contra su mujer y muchos medios de comunicación hagan su trabajo.
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