11M, una tragedia que marcó a los servicios de emergencias de la capital
Los atentados del 11M resultaron en 192 fallecidos y casi 2.000 heridos. Sin embargo, para los sanitarios y el personal de emergencias que respondieron ese día, la tragedia dejó una marca imborrable en sus vidas. Todos coinciden en que, a pesar de estar acostumbrados a situaciones dramáticas, nada los preparó para algo de tal magnitud.
El 11 de marzo de 2001, Ervigio Corral, jefe del Samur en ese momento, recibió la alerta de las explosiones en Atocha mientras aparcaba su coche para trabajar. Desde ese momento, la coordinación y el trabajo en equipo se volvieron fundamentales para hacer frente a la crisis.
La experiencia previa en atentados con múltiples víctimas por parte del Samur y los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid resultó crucial, aunque la magnitud de los ataques del 11M superó todas las Expectativas. La coordinación entre los equipos de emergencia se convirtió en un punto clave para gestionar la situación de caos y desesperación.
El impacto del 11M no solo se limitó al día de los atentados, sino que dejó una profunda huella en la forma en que se organizan y preparan los servicios de emergencia en todo el mundo. Madrid se convirtió en un referente en la gestión de catástrofes, compartiendo su experiencia con otras ciudades y mejorando sus propios protocolos.
A pesar de los esfuerzos por superar los recuerdos de aquel día, el 11M sigue siendo una fecha cargada de tristeza y reflexión para todos los que vivieron de cerca sus consecuencias.
El trabajo en equipo, la solidaridad y la valentía demostrada por los profesionales de emergencias en medio de la adversidad dejan un legado imborrable en la historia de Madrid y en el corazón de quienes participaron en la respuesta a la tragedia.
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