Conoce Madrid: El Claustro de los Jerónimos

A finales del siglo XX, la Iglesia de San Jerónimo el Real y el monasterio anexo contrastaban y sorprendían por su dispar estado de conservación.
La escalera del templo se veía bastante bien, pero el edificio había no había resistido la prueba del tiempo y la situación del monasterio era aún peor: la mayor parte de los muros perimetrales se habían derrumbado parcialmente, dejando al descubierto las columnas internas, mientras la maleza crecía entre las ruinas sin control.
Una situación incomprensible para uno de los núcleos urbanos más ilustres y legalmente protegidos de Madrid. Al plantearse la necesaria ampliación del vecino Museo del Prado, el Ministerio de cultura rechazó varias opciones y optó como la más viable y menos traumática ampliar los espacios de la pinacoteca a los Jerónimos.
Se recuperó el solar del monasterio, que se conectaba bajo tierra con la sede del museo. Con esta intervención, el edificio principal del Prado, construido en el siglo XVIII por Juan de Villanueva, no ha sufrido el menor cambio y su prolongación hacia los Jerónimos ha permitido cerrar el desnivel entre el Paseo del Prado y la calle Ruiz de Alarcón.
El Ministerio de Cultura y la Archidiócesis de Madrid llegaron a un acuerdo por el que el monasterio, propiedad de este último, era cedido al Prado a cambio de la construcción de un presbiterio anexo, diseñado por otro arquitecto, y la restauración completa del templo.
Para la restauración del monasterio se desmontaron una a una las piedras de los dos pisos de las galerías. Estos bloques fueron numerados y trasladados a las afueras de la ciudad para su limpieza. Al mismo tiempo, se excavó y vació el solar del convento, quedando conectado bajo tierra con el nuevo atrio o salón diseñado por Rafael Moneo detrás del edificio principal del Prado.
Una vez concluidas todas las obras, el claustro conserva su patio interior, con sus arcos y columnas originales, y recuperará su volumen exterior cúbico, que le dio su nombre popular. Se ha utilizado ladrillo rojo para que las fachadas se mezclen mejor con el resto de los edificios circundantes.
En el interior, el elemento más innovador es un lucernario que atraviesa el edificio, desde el claustro hasta las plantas subterráneas dedicadas a distintas exposiciones. También es importante destacar las puertas de bronce de Cristina Iglesias, que conectan el edificio del convento con la calle Ruiz de Alarcón.
¿QUIERES...
... enviar un whatsapp a nuestra redacción?
... suscribirte a nuestro boletín?
... escribir una carta al Director?
... responder a una encuesta rápida sobre Madrid Actual?
... darnos una exclusiva para publicar?
... seguir las noticias en Telegram?
... anunciarte en alguno de los periódicos del Grupo Madrid Actual?