¿Qué ver y hacer en Morata de Tajuña?

¿Qué ver y hacer en Morata de Tajuña?

Morata de Tajuña es una localidad y municipio del sureste de la Comunidad de Madrid. Se encuentra en el valle del río Tajuña y tiene una población de 7.924 según el INE de 2021.

Si te das una escapada a Morata de Tajuña no te debes perder el Museo de la Molinería

En el Valle del Tajuña, al menos desde el siglo XII, se ha documentado la existencia de una importante red de molinos harineros hidráulicos, que discurrían a lo largo del curso natural del río, y que se mantuvieron activos hasta la década de 1960.


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El Molino de la Huerta de Angulo es uno de esos molinos tajuñanos que abastecieron de harina a las ciudades de Las Vegas durante siglos. El edificio actual data de principios del siglo XVIII, aunque se sospecha la existencia de un edificio anterior que podría datar de dos siglos antes.

Con dos cuerpos colocados uno encima del otro, el del medio contiene un mecanismo de afilado. Las dos alturas culminan en una cubierta a cuatro aguas de tejas cerámicas. El edificio tuvo varios propietarios e inquilinos, y fue conocido con el tiempo como Molino de Abajo o Molino de la Huerta de la Vega, cuando pertenecería a la casa de Altamira, dueño del señorío de Morata y propietario también de la fábrica de paños de la Isla Taray. En 1888 fue reformado por Diego María Jarava, mejorando sus prestaciones y abandonando otro artefacto del municipio, el Molino Hundido.

El nombre de Morata de Tajuña puede deberse a que en su término había muchas moreras y árboles de morera, o a que su tierra, que estaba muy preparada, para el cultivo de la morera. A partir de algunos artefactos y lápidas encontradas en la zona, se puede suponer que se fundó antes de la época romana, cuando los colonos prehistóricos abandonaron las cuevas cercanas al río y se establecieron en recintos fortificados de adobe y cabañas de madera.

Naturalmente, los romanos llegaron porque debían el empeño decidido por aprovechar al máximo las aguas del río Tajuña o Tagonius, como se le llamaba en latín. Para ello, dotaron a la llanura de Morateña de una red de regadío que luego usaron los árabes; y para los visigodos. También dejaron su huella durante siglos en la toponimia del nombre Morata, que comenzó a aparecer en los primeros documentos escritos ya en la época del avance cristiano por la zona sur de la sierra.

En el siglo XV se produce en Morata el matrimonio de Hernando Díaz de Benavente con su mujer Juana Díaz, hecho que se escenifica en la obra teatral de Lope de Vega. El nombre de la ciudad se menciona en la obra de Enrique Pérez Escrich.

En 1901 se produce la llegada del ferrocarril a la ciudad con la apertura al tráfico de una prolongación de la línea de vía estrecha Madrid-Arganda del Rey, que más tarde se conocería como Ferrocarril del Tajuña.

Este trazado recibió su propia estación en Morata de Tajuña, prestando servicios mixtos de viajeros y mercancías. La línea se deterioró en la década de 1950, sin embargo, se mantuvo en uso como ferrocarril industrial hasta al menos 1997.

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