¿Qué ver y hacer en Los Molinos?

¿Qué ver y hacer en Los Molinos?

Los Molinos es un municipio de la comunidad y provincia de Madrid, con una población de 4.433 según el INE de 2020 y una superficie de 19,56 km². El municipio estuvo ligado al Real de Manzanares desde tiempos de Alfonso X el Sabio.

Desde la Edad Media, la Cañada Real de Merinas atravesaba el lugar, conectando la Cañada Real Soriana Occidental con la Segoviana del Concejo de la Mesta Castellana. Con el inicio de la construcción del Monasterio de El Escorial se inició la industrialización de la zona y la consiguiente necesidad de materias primas, entre ellas la harina.


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En la parte del río Guadarrama que hoy pertenece al término municipal, se construyeron al menos tres molinos harineros de donde se tomaba la molienda de diversos cereales. De ahí el nombre del lugar, ya que la gente comenzó a llamar a esa zona los molinos.

Fernando Colón menciona por primera vez la ciudad de Los Molinos en el siglo XVI, citando la distancia entre este lugar y otros lugares de la zona. El sitio de Los Molinos estuvo vinculado a la vecina ciudad de Guadarrama hasta 1666, cuando Mariana de Austria, regente de España durante la minoría de edad de su hijo Carlos II, le concedió el título de ciudad.

Pasaron los siglos XVII y XVIII y Los Molinos fue una mina de materias primas como piedra, madera e incluso hielo, materiales demandados por la corte de Madrid. El siglo XIX vio el auge de la era industrial, y el ferrocarril entró por primera vez en el apeadero de Los Molinos en 1888, siendo alcalde don Francisco Herrero.

Esto, unido a las tomas de sol prescritas por los médicos, convierte a la ciudad en un lugar de relax y tranquilidad, costumbre que no se ha perdido a día de hoy, siendo Los Molinos uno de los destinos favoritos para el descanso y las vacaciones de verano de los madrileños.

Durante la guerra civil, la posición geográfica de esta ciudad la convirtió en un frente de guerra, ya que era paso natural desde el puerto de Guadarrama y la Fuenfría para las tropas insurgentes comandadas por Francisco Franco.

De la época quedan varios fuertes republicanos en muy buen estado de conservación. Los años de la posguerra, como la mayor parte de la zona, estuvieron dominados por la reconstrucción. Pero a partir de 1950 hubo un resurgimiento, impulsado por la afluencia de veraneantes, que condujo a la era más animada de la ciudad.

Se construyeron varios hoteles y casas de huéspedes, discotecas, un cine de verano, una bolera e incluso un casino. Destaca el sanatorio militar, que inicialmente fue utilizado para tuberculosos y luego hospital se convirtió en un lujo.

Los años 70 marcan el declive del municipio, siendo años de huida de población en busca de prosperidad en la capital. No obstante, el flujo de veraneantes continúa, aunque en menor medida. Desde 1980 hasta la actualidad se ha producido una recuperación lenta pero imparable, con un tímido resurgimiento del turismo rural y de excursiones.

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