Herradoras, odontólogas... las mujeres impulsan el Hipódromo

Herradoras, odontólogas... las mujeres impulsan el Hipódromo

Madrid, 21 oct.- La estrategia de RRHH del Hipódromo de la Zarzuela incluye la presencia de oficios antaño reservados a los hombres. Una herradora, una auxiliar de cajones, una odontóloga y una veterinaria muestran a EFE la intrahistoria de su día a día laboral. Así es el gran equipo que mima a los caballos.

La primera mujer que ejerce como auxiliar o moza de cajones en España trabaja en el Hipódromo de la Zarzuela. Se llama Laura Sobrino. Como ella, otras mujeres cuidan y miman los caballos, un negocio que facturó 1,75 millones de euros en la temporada de verano. Aprendiz de herradora, odontóloga y veterinaria. Todas coinciden en un axioma: las posibilidades para desempeñar sus profesiones entre mujeres y hombres son las mismas.


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El Hipódromo de Madrid está en auge. Los 1,75 millones de euros de facturación suponen la mayor cifra de negocio de una temporada de verano y una mejora de los ingresos respecto a 2021 de un 25%. Este crecimiento se explica con las más de 90.000 entradas vendidas en lo que va de año, a falta de seis jornadas antes de que se acabe 2022, con lo que, según reportan a EFE fuentes de la organización, esperan que alcancen o incluso se superen las 100.000 localidades.

ABRIENDO PUERTAS, FÍSICA Y METAFÓRICAMENTE

Laura Sobrino Martínez es auxiliar de cajones. Es decir, introduce a los caballos en los cajones desde los que salen a disputar las carreras. Abre y cierra las puertas que guían a los caballos en los instantes previos a que se dé el pistoletazo de salida. Tras 25 años con caballos, curiosamente, abre las puertas que antes estaban cerradas para que más mujeres hagan este oficio.

Ataviada con casco y chaleco a modo de seguridad, como si se tratase de un domingo de máxima expectación en el Hipódromo de la Zarzuela, disecciona a EFE este proceso.

“Yo meto los caballos en los cajones para poder disputar las carreras. Lo normal, en caballos viejos, es que no tengan problema para entrar en los cajones; lo más importante es que la puerta de delante esté cerrada. Necesitamos todo tipo de protección. No es que suela pasar algo, pero puede pasar que se encabriten, se sienten…”, comenta. Y es que Laura es la primera mujer en España que se encarga de este menester. Una pionera. Y es que los caballos “forman parte” de su vida.

“No creo que sea difícil de conseguir esta posición. He sido la primera porque han abierto las miras. Y he sido la primera que se ha presentado. Que haya mujeres como auxiliares de cajones fuera de España es habitual", explica a EFE. Además, como su compañera herradora Nuria Vidal-Salmerón López, coincide en que no todo es fuerza en esta vida. Y da un paso más. Para ser auxiliar de cajones, la empatía con el caballo es clave.

“Cada vez hay más mujeres. Sobre todo, se ven más mujeres montando caballos. Y como profesionales de veterinaria, herradora… cada vez hay más, gracias a Dios. Damos un plus que los hombres están más limitados; creo que nosotras somos un poco más sensibles. En mi caso, es necesario tener experiencia, pero también va en el carácter de cada uno, el transmitirle esa seguridad y confianza al caballo para que vaya donde tú quieres que vaya”, comenta.

“Este oficio es más maña que fuerza”, apunta a EFE Nuria Vidal-Salmerón López, murciana de 21 años que llegó a Madrid para formarse como herradora.

“Llevo toda la vida con caballos, montando y entrenando. Al principio pensé en estudiar veterinaria, pero no me gustaba a lo que va enfocado. Me tiraba mucho el cuidado de los cascos e investigué qué cursos se podían hacer dentro de España y hay uno en Madrid en la Escuela de Herradores en Sierra Norte que dura unos cuatro meses y me ha gustado mucho. Me formé ahí y encontré esto para ir empezando”, explica sobre su pasión a la que quiere dedicar su vida.

“Lo que hago es quitar herraduras y luego remachar; así se empieza. Es para ayudar al herrador e ir cogiendo soltura con el material. Empezaré a hacer forja poco a poco y a ver si acabo herrando”, comenta antes de proceder en una de las cuadras del Hipódromo de Madrid.

En ellas se puede apreciar rápidamente la presencia de las mujeres, que continúan desmontando clichés respecto a la errónea concepción de que el hombre es más válido para hacer trabajos como el de herrador.

“No creo que sea más difícil, pero siendo mujer no te animan tanto. Este oficio es más maña que fuerza. Nunca voy a tener la fuerza del compañero, a no ser que me meta al gimnasio (bromea), pero es que no hace tanta falta como piensa la gente. Con entender de caballos y saber lo que tienes que hacer, no es tan complicado; las posibilidades entre mujeres y hombres son las mismas”, asegura una de las chicas más jóvenes de las que trabajan en el Hipódromo de la Zarzuela.

Con licencia de yoqueta hay diez en la actualidad, de amazona (no profesionales pero que pueden competir) otras 10, entrenadoras cuatro y luego hay más chicas trabajando en las cuadras como moza de monta, moza de cuadra, herradora y varias veterinarias.

AL CABALLO, MÍRALE EL DIENTE

El cuidado de la boca es una parte fundamental en los seres humanos. Y también en los caballos. En el Hipódromo de la Zarzuela trabaja Carla Manso, veterinaria especializada en odontología de caballos durante los últimos 27 años y actual presidenta de la Sociedad Europea de Odontología Veterinaria.

“Es algo importantísimo. Les afecta en la alimentación, ya que si no aprovechan la comida estos caballos, que son deportistas, no rinden lo que deberían rendir. Además, llevan un filete -hierro para controlar la inclinación de la cabeza- y hay que cuidar las muelas, que les crecen toda la vida, porque si les hacen daño al llevar el filete no rinden como deberían”, asegura.

“En los caballos de carreras tienen también el cambio de dentición, de los de leche a los permanentes que se da entre los dos años y medio y los cinco, que es en su máximo rendimiento; hay que estar muy pendientes de este proceso porque si un diente no se le cae, les molesta”, añade a la vez que revisa la dentadura de uno de los caballos.

Una labor en la que sigue habiendo una brecha entre hombres y mujeres: “A nivel de odontología hay bastantes más hombres que mujeres. Es un trabajo físico, tienes que estar limando… es por eso, pero cada vez hay más mujeres”, comenta.

De los cinco oficios que se necesitan para que un caballo esté en plenas facultades para las carreras, está la figura de la veterinaria, que representa Marta Varela. Médica deportiva equina, profesora en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y Jefa del Área de Grandes animales del Hospital Clínico Veterinario Complutense. La cantera para que haya más mujeres en los hipódromos está en sus manos.

“Cada vez es más común ver a mujeres en este trabajo. El ganado ha estado toda la vida muy asociado a los hombres, pero según pasan los años cada vez hay más mujeres que estudian veterinaria; de hecho, en la universidad hay un porcentaje mayor de chicas estudiantes que chicos. Además, nosotras podemos trabajar con grandes animales sin ningún problema”, declara a EFE.

Es una profesión clave sin la que no se puede entender el desempeño del caballo en las carreras y en la que, destaca, tienen que trabajar para prevenir posibles problemas.

“Nuestro trabajo consiste en arreglar los problemas que suceden día a día, como toses, fiebres, dolores de tripa… pero la medicina deportiva está muy enfocada a que esos dolores no sucedan; es decir, a la medicina preventiva. Preparar y ayudar a los entrenadores para que los caballos lleguen a su carrera estelar del calendario en perfectas condiciones de forma y salud”, explica.

Cuatro mujeres en oficios fundamentales dentro de un Hipódromo de la Zarzuela, presidido por Maritcha Ruiz desde el pasado 4 de agosto, que genera negocio más allá de las propias carreras. Dos de las empresas que venden alimentos dentro del recinto han tenido facturaciones cercanas al medio millón de euros durante las jornadas de verano.

Óscar Maya Belchí