Puente de mayo

Puente de mayo

La experiencia te ayuda a entender que los seres humanos vivimos en una contradicción permanente. Y las entidades, que están formadas por seres humanos, también. Una prueba contradictoria proviene de la oferta de CC.

OO. en proporcionar a sus afiliados vacaciones para los puentes laborales. ¡Ojo! Nada en contra. He conocido algo los sindicatos alemanes, y sus servicios a los afiliados abarcan una amplísima gama, desde ayudas de estudios a los hijos de los trabajadores a viajes turísticos, desde cursos de formación auténticos -no para justificar el gasto inútil de dinero público- hasta asesoramiento legal y financiero en la compra de vivienda. Es más, me parece digno de alabanza que los sindicatos españoles se parezcan un poco a los sindicatos alemanes para bien de sus afiliados.


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No obstante, lo que resulta un tanto chocante o, al menos, paradójico, es que los dirigentes de CC.OO. estimulen a sus afiliados a que se vayan a las playas murcianas o levantinas, precisamente este puente del uno de mayo, que, si la memoria no me es infiel, es el gran día del sindicalismo, con sus manifestaciones y sus arengas tradicionales, o sea, el Día del Trabajador. Bueno, casi resulta contraproducente que el Día del Trabajador se celebre guardando fiesta, pero también es trabajo tomar la pancarta, participar en la marcha procesional, y no saber qué día va a hacer, que ya se sabe lo incierta que es la primavera.

Por si fuera poco, este año viene después de dos años sin celebración a causa de la pandemia. Es decir, que se supone que el buen sindicalista debe tener mono de manifestarse, y de decir esos pareados tan poéticos, como "patrono, cabrón: trabaja de peón". Y es muy contradictorio que, después de dos años sin celebrar un día de tan alto significado sindical, CC.OO anime a sus afiliados a que se alejen del motivo de su existencia.

Es posible que, habiendo un Gobierno social-comunista -que ya ha dado un montón de millones para arreglar las sedes- y no estando en Moncloa la derecha, que tan excitante resulta para saltar a la calle, produzca algo de pereza, pero tanto como para irse a tomar el sol al Mar Menor o a Gandía, casi resulta una provocación. Por cierto ¿se acuerdan de que, en la anterior crisis, se habló de suprimir los puentes? Yo me acuerdo perfectamente. No soy patrón, pero debo ser un periodista cabrón con bastante memoria.

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