La mayor mafia de trata de seres humanos de Madrid, condenada a penas de hasta 74 años de cárcel

La mayor mafia de trata de seres humanos de Madrid, condenada a penas de hasta 74 años de cárcel

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a la mayor mafia de trata de seres humanos desarticulada en la Comunidad de Madrid a penas de hasta 74 años de cárcel por traer a España bajo la promesa de tener una mejor vida a mujeres de Nigeria, a quienes sometían a ritos de vudú para restringir su voluntad.

En el banquillo de los acusados se sentó una veintena de integrantes nigerianos de este entramado corrupto, uno de los mayores caídos en la región. Una decena llegó a un acuerdo con el fiscal en el juicio, celebrado el pasado octubre, mientras otros tres se encuentran en paradero desconocido, entre ellos las consideradas líderes de la mafia.


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Para el juicio, la Comunidad de Madrid tuvo que convocar un concurso público de traductores e interpretes ante el elevado número de acusados, según han informado fuentes jurídicas.

En una sentencia, los magistrados penan a tres de los 24 acusados a penas de entre 4 y 74 años de cárcel, siendo el cumplimiento efectivo de 20 años de cárcel para el máximo condenado.

Se les condena por delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, delitos de prostitución, inmigración ilegal, delito de falsedad documental y cooperación con organización criminal.

Los acusados integraban un entramado liderado por dos de las acusadas huidas de la Justicia. Al menos desde el invierno de 2014, captaron en Nigeria a mujeres jóvenes, incluso menores de edad, de precarias condiciones económicas y sociales a las que engañaban por la falsa promesa de conseguir una vida mejor en Europa.

RITUALES DE VUDÚ Y CONTROL DE LA VOLUNTAD

Después de someterlas a rituales de vudú para controlar y restringir su voluntad y su libertad de movimientos, las trasladaban, siguiendo diferentes itinerarios, hasta España donde, valiéndose de otros miembros del entramado, en rebeldía, las obligaron a residir en domicilios de miembros de la red que se encuentran en ignorado paradero.

En las viviendas de las víctimas fueron forzadas a ejercer la prostitución y a entregarles las ganancias obtenidas por ello, hasta el completo pago de una cantidad determinada de manera arbitraria por las dos principales responsables del entramado.

Asimismo, por medio de diferentes miembros de la red, que igualmente se encuentran en rebeldía, y de personas que colaboraban con ellos, obligaron a las víctimas a trasladarse a Ibiza, donde continuaron ejerciendo la prostitución forzada en beneficio del entramado, sometidas al control de miembros de la red.