Bryan Adams suena en Madrid a final de la pandemia

Bryan Adams suena en Madrid a final de la pandemia

La de Bryan Adams en diciembre de 2019 fue una de las últimas grandes visitas musicales foráneas previas a la pandemia, de ahí que su retorno de esta noche, el primero de una superestrella mundial para tocar en concierto, con el plus de su contagiosa alegría, haya sonado más que nunca a final de la pesadilla... y a verano del 69.


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Salvando los casos de los colombianos Morat y Camilo, también la del recital del cubano Silvio Rodríguez del pasado octubre, al que asistieron 8.000 personas, ningún artista extranjero de esta dimensión había irrumpido en el WiZink Center de Madrid en los dos últimos años.

Procedente de Lisboa y un día antes de recalar en el también multitudinario Palau Sant Jordi de Barcelona, Adams (Kingston, 1959) ha reclutado este martes a unas 12.000 almas según las cifras de la organización, con el aforo casi agotado en esta sexta ola de Covid-19, lo que supone un salto hacia la vieja normalidad en cuanto a organización y temores desterrados.

Solo el formato de la pista, toda dispuesta con asientos en un concierto de rock, permitía atisbar que la pandemia no es algo pasado, aunque se ha permitido que los asistentes de la primera fila siguieran el concierto de pie apostados contra la valla de seguridad frente al escenario.

Había canciones nuevas que presentar de su inminente nuevo álbum de estudio, "So Happy It Hurts" (tan feliz que duele, en español), que se publicará el próximo 11 de marzo, pero como en su anterior concierto en la capital, el repertorio se ha convertido en realidad en un repaso a sus casi 50 años en activo.

En las 2 horas de concierto y cerca de una treintena de canciones ha habido un poco de todo, especialmente del emblemático disco "Reckless" (1984), del que han sonado media docena de cortes como "Heaven" o el imprescindible "Summer of 69", pero también composiciones iniciales como "Tonight", aquellos giros a la modernidad en los 90 como "Cloud #9" o "When You're Gone" y otros más recientes.

Con "Kick Ass", una de las nuevas, ha arrancado la velada a las 21:15 horas con unos versos aparentemente del Génesis que anunciaban el advenimiento de un mesías que recuperaría el rock para la salvación del mundo y de los oídos.

Parapetado por sus cuatro músicos y piano en lugar de teclados, se ha podido comprobar que su promesa era cierta cuando cantó "18 Til I Die", pues ni su repeinado cabello rubio luce canas ni su voz aún vigorosa adolece el paso del tiempo en clásicos como "Can't Stop This Thing We Started" o "Run To You".

"¡Hola, Madrid! ¿Os podéis creer que estemos juntos otra vez?", ha preguntado, antes de pedir que se encendieran las luces para disfrutar y grabar con su móvil la panorámica del antiguo palacio de Deportes de Madrid repleto. "¡Es increíble!", ha exclamado.

"Heaven" ha desempeñado su función de enternecer los corazones ante imágenes de calles lluviosas y desatar los primeros compases entonados plenamente por el público. "Es gracioso, porque os oigo cantar, pero no os veo la boca", ha señalado ante el otro aspecto que recordaba la transición sanitaria en la que aún se encuentra España: las mascarillas.

"Es la primera vez de todas las que he venido a Madrid en la que todos estáis sentados en sillas...Aún os quiero, no os preocupéis", ha dicho con su conocido buen humor para recordarle a la gente que "You Belong To Me" era "una canción para bailar". Los asistentes, obedientes, se han levantado para brincar.

Sin la guitarra de Paco de Lucía ha sonado "Have You Ever Loved A Woman?". Difícil no sentir cierto escalofrío al ver en las pantallas el videoclip de la grabación original con el maestro de Algeciras y el homenaje final en el que podía leerse: "Paco de Lucía, 1947-2014".

No se había llegado a la mitad del concierto y Adams ya había deparado suficientes momentos como para considerar amortizada la entrada, entre el buen rollo, los riffs de guitarra eléctrica, las teclas románticas, los temas memorables... A ese Ecuador ha llegado con todas las luces encendidas y otro de los "hits", "(Everything I Do) I Do It For You", que en 1991 estuvo 16 semanas en el número 1 en EE.UU.

En la segunda parte el ritmo no ha decaído con sacudidas roqueras como "The Only Thing That Looks Good On Me Is You", "18 Til I Die" o, por supuesto, "Summer of 69", la canción que justifica que salga una y mil veces de gira tengan o no repercusión sus últimos trabajos. A su término, "oés" por doquier.

Aún ha habido tiempo para las consabidas peticiones espontáneas del público, que han permitido disfrutar de "Let's Make A Night To Remember", "House Arrest", "Somebody" (celebrada elección) y, por petición mayoritaria, "Please Forgive Me".

"Cuts Like A Knife" ha puesto el broche previo a unos bises en los que ha sonado uno de los temas nuevos, "So Happy It Hurts", además de "Straight From The Heart" en acústico y, como remate, aquel "All For Love" que, cual mosquetero, compartió con Rod Stewart y Sting.

"Esto ha sido increíble, no me cansaré de decirlo, ver a tanta gente junta, y estoy muy orgulloso de haber estado aquí esta noche", ha proclamado al concluir una vez más por todo lo alto esta visita a Madrid, donde ha confesado que pasó toda la semana anterior preparando la gira, entre muchas razones, por una que probablemente le haga volver además de por su público: "Pan con tomate".

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