Títeres y titiriteros, arte que gana valor con su primer Centro en España

Títeres y titiriteros, arte que gana valor con su primer Centro en España

Vestidos de negro y a la sombra de las marionetas, los titiriteros son el alma del títere, un arte que se considera menor, "no está reconocido como se debiera, se le mira de reojo como si solo fuera cosa de niños, un juego", razón por la que se inaugura el primer Centro del Títere y la Fundación del Arte del Títere.


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Con el propósito de "conservar, salvaguardar, investigar y divulgar este arte nace el Centro del Títeres gestionado por la Fundación del Arte del Títere", dicen este miércoles en una entrevista a Elena Muñoz, directora del centro, y Juan Muñoz, presidente de la fundación respectivamente.

Se trata de mostrar la diversidad de técnicas y la variedad de propuestas dentro del mundo del teatro de títeres y objetos, "que comprende desde lo más clásico a lo más vanguardista", señala Muñoz.

En España existe una larga tradición en el teatro de títeres, un oficio artesano que "ha pasado de ir de plaza en plaza a ir de teatro en teatro", dice Juan Muñoz, que considera que hoy estos espectáculos tienen "un nivel dramático comparado con cualquier otro de teatro".

A lo largo de la historia, los títeres se han ido configurando con una identidad propia que atesoran sus propios creadores y "que corre el riesgo de perderse si no se recoge y ordena cuidadosamente para posteriormente enseñarlo y divulgarlo", señala Juan Muñoz.

Este oficio artesano tiene una larga tradición, "es anterior al teatro", señala Juan Muñoz, quien recuerda que "antiguamente en las iglesias se representaban sacramentos con marionetas y también se utilizaban para divertir a la corte".

"Ser titiritero requiere formación, es un oficio como cualquier otro, bien sea fontanero o arquitecto", defiende Juan Muñoz, fundador junto a Inés Maroto, de la compañía La Tartana, quien tiene claro que su labor, a través de la Fundación del Títere, es trasmitir el conocimiento a las Nuevas Generaciones, "desde las manifestaciones más tradicionales hasta las prácticas más contemporáneas".

El Centro del Títere, que se inaugura mañana en Alcorcón (Madrid), es el primero en España que ofrecerá una formación. "Hay que tener ganas y mucho entusiasmo", reconoce Juan Muñoz, quien, por experiencia, cuenta que "requiere dotes interpretativas e intereses manuales".

Desde este Centro del Títere también se reivindica que este teatro constituye un vehículo artístico, pero también una herramienta pedagógica social y de promoción de la salud. Son muchos los docentes, artistas que han experimentado y reflexionado alrededor de los muñecos y los objetos, y sus posibilidades más allá de los escenarios.

Las marionetas se utilizan en terapias de salud para trabajar distintos temas, así como en terapias para la violencia machista en niños y adultos", dice Elena Muñoz, quien pretende investigar en esa línea, "ya que las marionetas al ser un personaje imaginario resulta más fácil hablar con ellos, se convierten en una gran herramienta para trabajar".

Juan Muñoz cree que las marionetas, a pesar de tener una dramaturgia y dotarles de movimiento y voz, se han quedado relegadas a un público infantil porque "no se está metiendo dinero".

"No se valora lo suficiente", se lamenta Juan Muñoz, cuya misión dice es "dignificar y visibilizar el arte del títere en España y potenciar su internacionalización".

El Centro del Títere integra, desarrolla y promueve la experimentación y el desarrollo de nuevos lenguajes en el mundo del títere. El centro acoge artistas y les ayuda a poner sus ideas en práctica ofreciéndoles instalaciones, equipo y asesoramiento a través del programa de residencias artísticas acompañadas.

 

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