Trueba: Que mi película hubiera estado en Cannes es una buena noticia extraña

Trueba: Que mi película hubiera estado en Cannes es una buena noticia extraña

Fernando Trueba es un cineasta que vive por y para el cine (con permiso de la música) pero muestra una humildad poco común cuando relativiza el hecho de que su película "El olvido que seremos" habría competido en el Festival de Cannes si se hubiera celebrado.


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"Es una buena noticia extraña en una época extraña", asegura a EFE.

"Con la gente que esta sufriendo y pasándolo mal y lo duro que está siendo todo esto, quejarte de que no se celebre el festival de Cannes, no es muy de recibo", reflexiona el cineasta madrileño tras el anuncio de las películas que hubieran compuesto la selección oficial de esta edición.

Lo que sí está deseando es que su película salga y se encuentre con la gente. Pero eso dependerá de los productores colombianos, porque la película aunque esté dirigida por él, protagonizada por Javier Cámara y con guion de su hermano David, es una producción cien por cien de Colombia, rodada allí y con un equipo de ese país -con la excepción del músico, el polaco Zbigniew Preisner-.

Una película que llega además en un momento muy apropiado porque cuenta la historia del médico Héctor Abad Gómez, un hombre que "luchó por la sanidad publica, por las condiciones sanitarias de la gente mas pobre, esa fue la batalla de su vida, se dedicó a eso desde que acabó la carrera".

Lo hizo como médico y como profesor en la Facultad de Medicina de Antioquia. Y su historia, muy conocida en Colombia, la contó su hijo, el escritor Héctor Abad Faciolince, en un precioso libro, "El olvido que seremos", que ahora Trueba ha llevado a la gran pantalla.

"Cuando me proponen hacer la película el productor y él (Abad Faciolince), ya había leído el libro, mil veces. Les dije y es cierto, que era el libro que mas veces he regalado en mi vida, a muchas personas y en distintos idiomas. Y mi primera reacción es que era imposible hacer una película de ese libro".

Trueba les explicó que no se podía, que era imposible, porque el libro es "una memoria íntima de una persona y una película es lo contrario".

Pero se empeñaron y le pidieron que lo leyera de nuevo, con la perspectiva de hacer una película. Y encontró el ángulo, la forma de adaptar los tiempos, tocar temporalmente la historia y concentrarla en unos momentos concretos.

Como siempre, resalta el cineasta, "la vida te da lecciones y te contradice".

Ahora, con el proyecto terminado, reconoce que es "un regalo" haber hecho la película, una experiencia maravillosa por la que estará siempre agradecido a Abad Faciolince y los productores.

Un filme protagonizado por un español que hace de colombiano, algo que puede parecer extraño aunque tanto el cineasta como el escritor veían desde un principio a Javier Cámara como Héctor Abad Gómez, con el que hasta guarda un cierto parecido.

"Es prodigioso el trabajo que ha hecho en el acento, porque no es un acento colombiano normal, es un acento de un señor de Medellín, que ha viajado, que ha trabajado para la OMS, que es profesor, un señor ilustrado, que habla idiomas...".

Javier Cámara se metió profundamente en el personaje, trabajó con la familia, escuchó las grabaciones disponibles. Hasta el punto de que cuando su familia lo ha visto, lo identifican. "Es un trabajo asombroso", resume Trueba.

Junto a Cámara, un elenco colombiano, del que el director destaca a Patricia Tamayo -"si fuera americana tendría dos Óscar"- y a Juan Pablo Urrego -"si fuera americano sería una super estrella"-.

Un rodaje muy agradable, con nervios al llegar a Colombia, un país nuevo y con gente con la que no había trabajado antes. Pero para Trueba tanto el país como su gente ha sido todo un descubrimiento, tanto por su profesionalidad como por el nivel humano.

Sin olvidar el cariño que siente la gente por el libro y la historia que cuenta. Eso hizo que para los que participaron en el proyecto fuera un regalo poder hacerlo.

"Incluso cuando estábamos en la calle, rodando, la gente se nos acercaba para decir cuánto les gustaba el libro, cómo era de importante para ellos", recuerda Trueba.

¿Una responsabilidad añadida?. Sí, dice el cineasta, pero también habría sido una cobardía no aceptarlo por miedo.

"De lo que se trata es de contar una historia bien y hacer cine. Tienes que poner el alma y transmitir cosas a la gente y hacer cine, si no, no merece la pena", señala con mucha calma.

Sobre su frustrada presencia en Cannes, asegura que se enteró ayer por la tarde. "Ya ni me acordaba ni me lo esperaba". Y reconoce que le han gustado las palabras del delegado general de Cannes, Thierry Frémaux, que le definió hoy como uno de los mejores directores del mundo, y recordó cómo Trueba agradeció su Óscar por "Belle Epoque".

Pero lo más bonito, asegura, es que Héctor Abad Gómez, "a pesar de su trágico final -fue asesinado en 1987 por sicarios-, sigue ganando batallas".

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