El canto del cisne

El canto del cisne

Al unir el carro de Ciudadanos a la caravana del Gobierno de coalición PSOE-Podemos, Inés Arrimadas se adentra en un territorio político proceloso. Pedro Sánchez utilizará ese apoyo para sacar adelante la quinta prórroga del estado de alarma que esta vez pretende que sea de un mes, hasta el 29 de junio.

Busca que los diez diputados naranjas compensen el rechazo de ERC, uno de sus socios clave en la investidura. Sánchez quiere llegar al final de junio con las manos libres que otorga el estado de Alarma para gobernar por decreto. Quiere que la prórroga sea de treinta días en lugar de quince porque así se ahorra el mal trago de un debate parlamentario en un escenario en el que cada vez hay más partidos que se muestran reticentes a prologar el estado de excepción encubierto en el que en la práctica ha derivado el confinamiento.


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Llegar en estas condiciones hasta junio favorece el escapismo del Gobierno al control del Congreso porque a final de ése mes se inician las vacaciones parlamentarias hasta septiembre. Mencionar el otoño es hablar de sacar adelante los Presupuestos. No lo tiene fácil. No le preocupa tanto los votos de PNV (los dan por conquistable a tanto la pieza), como los de ERC que no los tiene amarrados porque el apoyo de los republicanos pasa por la prisión de Lladoners donde pena el líder de la formación. Y Junqueras pone condiciones, algunas difíciles de conceder a la luz del ordenamiento jurídico vigente. En previsión de que el acuerdo con los separatistas no cuaje Sánchez le hace un hueco a Inés Arrimadas en la agenda de La Moncloa. Hablará con ella una vez a la semana. Pero, fiel a su estilo, no le cuenta todo. Por ejemplo el lunes no le contó que pretende pedir una nueva prórroga del estado de Alarma, pero esta vez de un mes de duración.

Es difícil evaluar el beneficio político que pueda obtener Ciudadanos arrimándose al Gobierno. Las portadas de estos días en los medios son el canto del cisne. Me inclino a pensar que la decisión de Inés Arrimadas es un intento de corregir el pasado. Enmendar aquél error capital que llevó a Albert Ribera a no buscar un pacto con el PSOE cuando el partido tenía 57 diputados, pacto que podría haber cambiado la política española. Arrimadas tampoco lo vio entonces, ahora a mi entender llega tarde y sin fuerza. Sánchez, que está a gusto en su alianza con Pablo Iglesias, les utilizará y después les ignorará. Arrimadas apuesta a cambio de nada y corre el riesgo de conducir a Ciudadanos a la irrelevancia.

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