'Míster chef' introduce en los fogones a hombres jubilados

'Míster chef' introduce en los fogones a hombres jubilados

Una clase. Quince alumnos con edades comprendidas entre los 65 y los 75 años. Muchos viudos, otros con su mujer enferma, pero todos ellos con dos puntos en común: están jubilados y tienen una escasa o nula experiencia en la cocina, por lo que el 'Míster chef' Jaime Gómez Gala ha acudido en su ayuda.

Preocupado por su abuelo de 91 años, que vive solo a caballo entre Segovia y Fuenlabrada y no es capaz de cocinarse para sí mismo, Gómez Gala propuso al Ayuntamiento de esta localidad madrileña un taller de cocina dirigido a hombres jubilados que están viudos o "simplemente viven solos y no saben cocinar".


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"No sólo es un taller de cocina, aquí les enseñamos a que asuman la corresponsabilidad en el hogar y el cambio de roles. Son personas que han vivido acostumbradas a que otra persona, principalmente su mujer, se lo haga todo", explica este cocinero-profesor.

Gómez Gala ha estado muchos años impartiendo cursos y talleres de cocina para desempleados en el Centro de Iniciativas para la Formación y el empleo (CIFE) de Fuenlabrada y en la Casa de la Mujer de esta misma localidad, donde se ha especializado además en talleres de género.

Ahora, compagina sus cursos de cocina para jubilados en el Centro de Mayores Ramón Rubial de Fuenlabrada con otros cursos en Vicálvaro, en este caso para un alumnado completamente diferente: la mayoría son "jóvenes de familias desestructuradas, carne de la delincuencia, muchos de ellos víctimas de las drogas y la prostitución".

"No tienen nada que ver unas clases con otras. Los chavales son más rebeldes, muchos de ellos están destrozados psicológica y anímicamente. En cambio, los mayores son más disciplinados, trabajan muy bien en equipo. Se divierten y escapan del aislamiento en el que muchos de ellos viven", comenta.

'Míster chef' enseña a los jubilados menús y platos "no muy complicados", para que sean capaces de repetirlos en casa y que, además, les permita "lucirse" con sus familiares, sobre todo con sus nietos, que están "encantados de que el abuelo les cocine".

Emilio, de 72 años, enviudó hace tres y decidió apuntarse al taller de cocina para quitarle carga de trabajo a su hija, que algunos días le llevaba la comida, y "para no bajar tanto a la casa de comidas".

"Ahora muchos días me cocino yo mismo. Se me dan bastante bien los postres", confiesa este alumno aventajado, que asegura que su familia está encantada y deseosa de que organice una fiesta y les demuestre sus nuevas dotes culinarias.

Entre los menús elaborados, hay por ejemplo uno compuesto por pimientos rellenos de marisco, tortilla de patatas y galletas de chocolate.

Trabajan por grupos, que cada día van rotando, siguiendo escrupulosamente las recetas y las indicaciones del profesor.

Todo lo que cocinan se lo reparten y se lo llevan a casa en sus propios táperes para la cena, no sin antes recoger y fregar los cacharros y platos usados.

"A las ocho de la mañana ya me están llamando desde la puerta del supermercado, para que les recuerde los ingredientes de tal o cual receta", asegura el profesor, que también hace hincapié en que los platos que enseña son "saludables", sin mucha grasa y sal, ya que aquí "todos tienen sus achaques".

Tras asistir a las diez sesiones culinarias impartidas, que han finalizado esta semana, la mayoría de los aprendices de cocinero "ya están preparados para, al menos, defenderse entre los fogones", teniendo así una menor dependencia de sus familiares.

Gómez Gala espera continuar con el programa, dada "la gran repercusión y éxito del taller", que ya tiene lista de espera para futuras ediciones, entre ellos su abuelo, que "se quedó fuera".

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