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El Papa Francisco autoriza la promulgación de las virtudes heroicas de la madrileña Alexia González-Barros

El Papa Francisco autoriza la promulgación de las virtudes heroicas de la madrileña Alexia González-Barros

El pasado jueves 5 de julio de 2018, el Papa Francisco autorizó la promulgación varios decretos de virtudes heroicas, entre los que se encuentra el de la joven madrileña Alexia González-Barros, que falleció en 1985 a los 14 años de edad tras una dolorosa enfermedad que la había dejado paralítica un año antes.

La asociación que promueve la causa de canonización de Alexia, en el ámbito de la archidiócesis de Madrid, manifestó en un comunicado su alegría y su convicción de que “muchas personas en todo el mundo se unirán a nuestra acción de gracias a Dios Nuestro Señor”.

Alexia era la menor de siete hermanos. Sus padres, Francisco y Moncha, vivían la fe cristiana con naturalidad. Desde los cuatro años fue alumna del colegio Jesús Maestro, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Al cumplir 8 años, hizo su primera comunión en la iglesia de Santa María de la Paz, en Roma. Durante el bachillerato, comenzó a acudir también a un centro juvenil del Opus Dei, donde participaba con sus amigas en las catequesis y en otras actividades de carácter cultural y espiritual.

Su enfermedad —un sarcoma de Ewing— se diagnosticó a los 13 años. Las operaciones y los procesos de recuperación iban acompañados de grandes dolores. Ella edificaba a todos con su paz y su capacidad de mantener y transmitir alegría en medio de la enfermedad. Su hermano Francisco, cuando en 2011 se presentaba el documental Alexia de Pedro Delgado, explicaba: “Alexia vivía una relación clara, evidente y cercana con Jesús. La fuerza del caso de Alexia se reduce a esto: ella creyó”.

La web del próximo sínodo presenta a Alexia como uno de los “jóvenes testigos”, resaltando que “su joven vida ha dejado un ejemplo de fe y un rastro de paz que mueven a descubrir [...] el rostro, siempre joven de Cristo”. También subraya su sencilla y profunda piedad, “fruto de la filiación divina vivida en las pequeñas cosas.

Desde 2004 su cuerpo descansa en la madrileña iglesia de San Martín de Tours. El sepulcro de Alexia se encuentra en el primer tramo de la nave lateral izquierda, bajo un óleo que representa a la Virgen adolescente, leyendo en compañía de sus padres, san Joaquín y santa Ana.