Restaurado el muro histórico del vivero de la Casa de Campo

Restaurado el muro histórico del vivero de la Casa de Campo

El Ayuntamiento de Madrid ha restaurado durante seis meses, con materiales originales, el muro histórico del vivero de la Casa de Campo, un trabajo realizado en el tramo comprendido entre la M-30 y la puerta de las Moreras para corregir una inclinación que sufría y evitar un posible derrumbamiento.


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La obra, explica el Gobierno local en una nota de prensa, se ha realizado sobre una superficie de 32 metros lineales, con un presupuesto de 197.000 euros.

La rehabilitación del muro histórico ha supuesto desmontarlo manualmente pieza a pieza y levantarlo luego siguiendo técnicas tradicionales de construcción, explica el Ayuntamiento en una nota en la que precisa que las piedras y ladrillos han recibido una pátina de hidrofugado que impide la penetración del agua y un tratamiento para proteger el muro de actos vandálicos.

La tapia transcurre paralela al Paseo de Piñoneros, entre el edificio de la Faisanera y la plaza de las Moreras.

Según el Ayuntamiento, la zona restaurada pertenece al cerramiento del Reservado que coincide con el actual vivero de la Casa de Campo y cuenta con un muro histórico de 640 metros que se encuentra en buenas condiciones.

El origen de este muro, dice la nota, se remonta al reinado de Fernando VI, aunque fue Carlos III quien encargó al arquitecto Francesco Sabatini "vallar completamente el perímetro de la actual Casa de Campo para evitar la entrada de cazadores furtivos en terrenos de la monarquía".

La valla está declarada Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2010 por la Comunidad de Madrid, en la categoría de Sitio Histórico.

El muro, construido con el tradicional "aparejo toledano" que intercala hiladas de ladrillo de tejar con fajas de piedra de sílex, unidos con mortero de cal, tiene una altura variable que ronda los 3 metros y una anchura de 57 centímetros.

Según el Ayuntamiento, para la restauración del muro se han fabricado 5.000 ladrillos nuevos de la misma medida y se han conseguido en dos tintadas distintas: pajizo y rojizo. Esta cantidad supone el 15 por ciento del total y se han utilizado para la parte de cara vista del muro y la parte superior (albardilla).

 

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