Sindicatos de otro tiempo

Los sindicatos han vuelto a la calle para exigir al Gobierno medidas para atajar la pobreza de trabajadores y pensionistas, ante los incrementos de los precios de los suministros básicos, y a la patronal para que se siente a negociar subidas salariales que permitan recuperar poder adquisitivo.

Otra vez los sindicatos intentando ocupar las calles de Madrid en una manifestación, ahora sí, sin sentido. Su postura es la de la queja constante, la de no aportar soluciones y la de negar cualquier propuesta que venga del gobierno, más aún si es del PP.

La reforma laboral que quieren derogar traerá a España más paro. Viven inmerosos en sus políticas decomonónicas y no son capaces de introducir al trabajador en el mercado laboral del siglo XXI.

La cultura del esfuerzo se pierde cuando UGT y CCOO se ponen a negar la mayor. Flexibilizar el mercado de trabajo y poner controles a los tramposos haría crecer la economía.

La metira de la precariedad laboral no se va a convertir en una verdad por mucho que la repitan. A sus manifestaciones ya no acude tanta gente como antes. Hay que revindicarse, hay que exigir mejoras al gobierno pero ellos ya no infunden confianza a los suyos.

Madrid no esta al servicio de unos sindicatos con olor a naftalina. El paro es el problema que más preocupa a los españoles. Jugar con el paro es el Deporte olímpico para los sindicatos.