Limitar el carril bici
Algo que parecía intocable. Símbolo de una ciudad moderna. El camino al Madrid olímpico. Se le atribuyeron demasiados beneficios al carril bici y, de momento, no ha dado más que problemas.
Seguro que muchos de ustedes no sabían que una de las obligaciones del COI es que Madrid ya tuviera más de 100 kilómetros de carril bici para las revisiones de los jueces que dan la nota a las ciudades candidatas a los JJOO. Así que Madrid se puso manos a la obra y sacó el calzador para quitarle espacio a los coches y dárselo a las bicis en lugares tan innecesarios como la calle Juan Ignacio Luca de Tena. Los atascos siguen siendo monumentales en una calle de no más de un kilómetro, igual que el carril bici.
Pasó el tiempo y el carril bici llegó al centro de Madrid. A una ciudad que ya estaba antes de que llegaran las bicicletas. Las aceras se hicieron más pequeñas y los carriles de los coches también. Aunque la calle Serrano fue la más beneficiada. El estilo se encontró con la necesidad y el carril quedó perfecto. Sin contar con que los ciclistas usan también el resto de la acera y eso, entre otras cosas, es lo que enfada al Cermi.
Bicimad también llegó con la idea de que Madrid fuera una especie de Amsterdam. Tampoco. La empresa está en proceso de quiebra, las bicis se venden a buen precio en eBay y Rumanía hace su agosto con modelos de 800 euros.
Las bicicletas son para el verano, pero no son para Madrid.
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