Cambios, tradiciones y la (no) realidad de Ahora Madrid

Madrid ha estado durante muchos años acostumbrado al Partido Popular. Habituado a sus costumbres y tradiciones. Pero el equipo de Gobierno de Manuela Carmena no cesa en su empeño de cambiar cosas que no mejoran la vida y lo único que hacen es crear polémica y crecer, aún más si cabe, la división de los madrileños. La adaptación a este nuevo tiempo va a ser difícil, ya que quieren acabar con todas las tradiciones.

Ahora Madrid está transformando las celebraciones. Aquellas festividades que gozaban de un contenido o carácter religioso ya no lo tienen, y difícilmente lo tendrán mientras sigan mandando los que están en el Ayuntamiento. La Cabalgata de Reyes se pareció más a los carnavales de Río de Janeiro que a lo que debe ser la celebración de la llegada de Sus Majestades los Reyes de Oriente.

La Semana Santa contará con la misma aportación económica que el Ramadán o el Año Nuevo Chino. Sí, ha leído bien. No es ninguna broma. Para colmo llegan ahora las Fiestas de San Antón, que se celebran este fin de semana en el Distrito Centro. El programa se presenta este martes, pero las primeras informaciones apuntan a que no habrá las tradicionales misas en las que cada año las mascotas son bendecidas. Es decir, una más

Esperanza Aguirre dice que Carmena quiere "adoctrinar y descristianizar" imponiendo su ideología. La portavoz del PP tiene toda la razón. ¿Acaso no es verdad que está modificando las tradiciones? Para aquellos que siempre andan criticando a Aguirre decirles que con esta afirmación no ha dicho nada que no haya ocurrido o que no estemos pudiendo ver los madrileños.

¿Cuántos de ustedes conoce la historia de la persona que lleva el nombre de su calle? Porque las calles 'franquistas' de Madrid se cambiarán con el grave perjuicio económico que esto supone para el disfrute y gozo del equipo de Gobierno de Carmena. Eso sí, recuerde que eso será pagado con el dinero de su bolsillo.

Todo esto nos está llevando a una discusión permanente sobre las tradiciones y sus cambios. Nos lleva a estar pendiente de una realidad que no existe, porque la auténtica realidad de Madrid es que sigue estando cada día más sucia -cuando Carmena prometió que en diciembre iba a estar limpia y resplandeciente-, las hojas se acumulan en el suelo para el peligro de los viandantes y cada día hay más atascos.