Las pruebas médicas más importantes llegados los 50 años
Son los estudios específicos los que permiten prevenir o detectar precozmente trastornos como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. En función del género, la edad, los antecedentes médicos y o las características Particulares, el médico nos indicará a qué exámenes o pruebas debemos someternos. A continuación explicamos las diez más importantes pasada la barrera de los 50.
Mamografía
El cáncer de mama es de los pocos que pueden diagnosticarse de forma precoz, antes de que haya mostrado ningún síntoma. Con las campañas de detección llevadas a cabo en los últimos años, se han reducido considerablemente la mortalidad asociada a estos tumores. La técnica que se emplea habitualmente es la mamografía, una 'radiografía' de las mamas que hace posible observar lesiones aunque sean incipientes.
Actualmente en España se recomienda que, cada dos años, se sometan a esta prueba todas las mujeres cuya edad esté comprendida entre los 50 y los 69 años. En mujeres más jóvenes, el examen puede aconsejarse si existen otros factores de riesgo, como un perfil genético relacionado con la enfermedad.
Citología
Esta prueba, que no es dolorosa y se realiza tomando muestras celulares del fondo de la vagina y el cuello uterino, permite diagnosticar la existencia de lesiones premalignas y, por tanto, poner en marcha acciones terapéuticas si es necesario. Al igual que el de mama, el cáncer de cuello de útero también se puede detectar antes de que dé la cara. Por eso, se aconseja que todas las mujeres de entre 25 y 65 años se sometan periódicamente a revisiones ginecológicas que incluyan una citología cérvico-vaginal o test de Papanicolau. El test debe realizarse al menos una vez cada tres años.
Próstata
El tumor prostático es el cáncer más frecuente en las sociedades occidentales, diagnosticándose en la Unión Europea cada año más de 85.000 nuevos casos y en España, unos 15.000, siendo la edad el principal factor de riesgo ya que, en la actualidad, la mayoría de los casos se reconocen en mayores de 50 años, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España.
Un diagnóstico precoz es fundamental para lograr la curación del paciente, ya que este cáncer no produce síntomas, sobre todo en las fases iniciales; la cita anual al urólogo permite que más del 90% de los cánceres de próstata se diagnostiquen a tiempo.
Orina
Mediante el estudio de la orina se puede afinar el diagnóstico de infecciones, enfermedades renales y otros trastornos que producen metabolitos en la orina. Ante la sospecha de una alteración, los análisis de sangre y orina son una de las primeras pruebas que el médico suele indicar. Lo ideal es que estas pruebas se realicen en ayunas.
Heces
Buscar sangre oculta en heces es una prueba sencilla y rentable que, gracias a un proyecto iniciado por la Asociación Española contra el Cáncer, se ha puesto en marcha, bien como prueba rutinaria o como un estudio piloto en la mayoría de las CCAA. Este sencillo test evitaría someterse a otras pruebas más complicadas y caras como la colonoscopia.
La prueba permite detectar muchos tumores a tiempo y salvar vidas. Una vez instaurado el programa, la administración envía una carta a las personas que forman el grupo de riesgo, entre los 50 y los 69 años.
Colon
Cuando el test de sangre en heces es positivo, es necesario hacer más pruebas para comprobar cuál es su origen. La colonoscopia es un examen invasivo que permite identificar posibles pólipos precancerosos o la existencia de un tumor. Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer, si se detectasen de forma precoz, cerca del 90% de todos los cánceres de colon y recto podrían ser curados.
Analítica
Los análisis de sangre son muy útiles para ayudar en el diagnóstico de distintas enfermedades. Permiten detectar la existencia de infecciones, alteraciones relacionadas con la diabetes o una anemia. Lo más habitual es que los análisis incluyan un estudio hematológico (sobre los distintos componentes de la sangre) y otro bioquímico que analiza el estado de la glucemia, el ácido úrico, las transaminasas o la bilirrubina, entre otros marcadores.
Tensión
La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Es aconsejable revisar la presión arterial con cierta frecuencia. En general, se considera que una tensión arterial es normal cuando la presión arterial sistólica está por debajo de 129 mmHg y la diastólica no supera los 84 mmHg. Las personas con enfermedades crónicas como la diabetes, distintas cardiopatías o problemas renales deben tener especial cuidado con su tensión arterial y someterse a controles de forma habitual.
Colesterol
La arteriosclerosis es una enfermedad que lesiona las arterias del organismo. Cuando afecta al área de las arterias coronarias ocasiona la enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica.
Ha quedado demostrado que la hipercolesterolemia se relaciona directamente con el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria en el futuro. Se trata de una relación lineal,el riesgo incrementa con la edad, a los 40 años de edad, un incremento del 10% en el colesterol total se asoció a un incremento del riesgo del 54%, del 39% a los 50 años de edad, del 27% a los 60 años de edad, o del 20% a los 70 años de edad.
Ojos
A partir de los 40 años, aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad ocular grave, el glaucoma. Conocido como el ladrón de la vista, este trastorno es la segunda causa de ceguera en el mundo. Aunque existen distintos tipos, todos ellos causan un daño en el nervio óptico que, si no se detecta a tiempo, conduce a la pérdida de visión. Para evitarlo, los especialistas recomiendan someterse a revisiones oftalmológicas al menos una vez cada cinco años después de cumplidos los 40.
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