El 13.437, un nuevo inquilino en el Museo de Cera

El 13.437, un nuevo inquilino en el Museo de Cera

Como otro martes cualquiera, los empleados del Museo de Cera de Madrid han acudido a su puesto de trabajo, pero este martes 23 de diciembre lo han hecho con una sonrisa diferente.


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El lunes la suerte llamó a sus puertas, y el Gordo de Navidad se coló en sus salas, que en breve acogerán a un nuevo inquilino: el 13.437.

"Nos hemos levantado en una nube, en una nube de cera", ha relatado entre risas el portavoz del Museo, Gonzalo Presa, que ha asegurado que este regalo navideño supone una inyección de dinero, pero sobre todo de optimismo, para las 150 familias de esta empresa.

Ha tocado a todos, "desde el presidente hasta el último en llegar", ha dicho Presa, que tiene clarísimo que la rana gigante de la suerte que reside en el Paseo de Recoletos, a la salida del Museo, ha tenido mucha culpa. "He subido corriendo y la he dado dos besos en las patas".

Un premio que, un martes antes de las fiestas navideñas, ha llevado hasta el Museo a más visitantes de lo habitual, que no han dejado pasar la oportunidad de felicitar y dar la enhorabuena a los trabajadores que allí se encontraban.

"Como en el Hola", bromeaba una de las taquilleras al ver a una compañera en la portada de un periódico nacional, al tiempo que reconocía que podrían dejar de trabajar, pero que no lo hacen porque "les gusta mucho el Museo".

Para compartir de alguna manera la alegría con la gente, la tarde de ayer fue gratuita para todo el público, que dentro de poco podrá disfrutar en la salas del Museo de una copia del décimo premiado. "Lo vamos a enmarcar y poner en la colección", ha anunciado Presa.

El número 13.437, comprado en la Administración de loterías número 76, situada en la calle Zurbano de Madrid, ha sido el responsable de tanta emoción y alegría en el castizo barrio de Chamberí.

"No me lo acabo de creer", ha confesado Arturo Aguirre, dueño de una tienda de fotocopias que a principios de año iba a echar el cierre, al no poder hacer frente al nuevo alquiler ante el final del arrendamiento de renta antigua.

Ha sido una "válvula de escape para poder continuar", porque el premio es exclusivamente para eso: "Tapar los agujeros que teníamos y seguir trabajando; la vida continúa, no te cambia".

Como un golpe de suerte, "igual que el del anuncio", ha dicho Arturo al explicar que él había comprado el número anterior al Gordo y que lo había regalado a una empleada de la tienda y a unos amigos, pero que ha sido uno de los dos décimos que le regaló, como todos los años, el dueño de la administración, el que ha "salvado" su vida.

"Ha sido como un ángel de la guarda que te dice: 'Toma, tu vida, la tienes otra vez aquí'", ha indicado muy emocionado Aguirre.

Y es que Lino Cuervo, unos de los cuatro miembros de la sociedad limitada que regenta la administración, sigue cumpliendo con la tradición que instauró la primera propietaria del negocio, la abuela de su mujer: regalar uno o dos décimos todas las Navidades a la gente que colabora con ellos.

"Si no toca, es un papel, pero, si toca, vale bastante y es muy bonito compartirlo", ha señalado el propietario, que a las nueve abría las puertas de un negocio en el que no paran de formarse colas.

Curiosos que pasean por la calle, vecinos que saludan al afortunado lotero, agraciados que acuden a cobrar su dinero -las administraciones pueden satisfacer los premios de hasta 2.500 euros- y buscadores de la suerte para el próximo sorteo del Niño.

Todos se animan a acudir al local de la calle Zurbano, que ha repartido millones en el barrio, incluido a su propio dueño, que es uno de los afortunados, al igual que su hija, que ayer fue doblemente agraciada con el nacimiento de su bebé.


https://www.madridactual.es/videos/EFE/8670830.flv

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