La LEGO Película

La LEGO Película

Mediante las técnicas avanzadas de animación todo ha tomado su forma y las piezas encajan en la historia de una Legolandia danesa de proporciones cómicas y épicas, convirtiendo a los personajes famosos en muñequitos atrapados entre la conciencia de los adultos y el mundo infantil.

Todo niño pequeño (o no tanto) tiene en su interior una especie de ingeniero constructor, a veces experto en demoliciones, que basándose en la imaginación y los juguetes por piezas consiguieron hacerse con el mercado de los puzles más complejos. La forma tridimensional de las antiguas piezas recortadas como fotografías, veían el incipiente 3D en la animación, pero en esos momentos únicamente las pequeñas manos son las creaban todo el mundo fantástico.


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En la actualidad, los niños están acostumbrados a moverse sin problema por la pantalla del ordenador toda esta imaginería plástica, desconociendo los antiguos Exín Castillos o los alemanes clicks de Playmobil (comercializados en España por Famobil), sin embargo, un empresario danés con famoso apellido en la literatura infantil Kjeld Kirk Kristiansen, aprovechó los primeros pasos para crear un imperio comercial.

Luego llegarían las animaciones para videojuegos y las concesiones para las sagas de personajes conocidos mundialmente por los cómics o el cine, un aumento proporcional de las fronteras entre los muñecos de plástico y nuevos posibles usuarios. Todo calculado y controlado por los creativos de empresa para tener las mentes ocupadas con el guion predestinado.
Este mundo Lego actual, toma otra perspectiva nueva con las construcciones mediante el diseño animado con programación, la creación de nuevos mundos digitales en forma de rectángulos coloridos, y abierto a la complejidad de los cálculos matemáticos del diseño con ordenadores de potentes cerebros cibernéticos. El procesador como motor de los sueños.

Las pequeñas mentes habituadas al funcionamiento digital, ven con otros ojos estas animaciones y control de los objetos, construyéndose mágicamente alrededor de una pantalla, pensado a otra velocidad y técnica diferente al antiguo stop-motion. Quizás, exista una base en el movimiento básico de las figuras manualmente, pero sin duda los procesadores y sus programadores han echado largas horas de trabajo, días, años, para elaborar este singular filme Lego The Movie. Dirigido por Phil Lord y Christopher Miller, jóvenes directores americanos y sobradamente preparados para esta labor, ya demostrada en su otra alocada historia lluvia de Albóndigas y con una nueva película ya editada, esta vez con personajes realmente disparatados, con el título 22 Jump Street (Infiltrados en la universidad en España, con la pareja Channing Tatum y Jonah Hill).

Volviendo al mundo Lego, nos encontramos con una historia sencilla plagada de gags para niños y adultos, aunque en este ámbito se echa de menos un poco más de riesgo en su elaboración. Todo está pensado, todo es asombroso, el negocio con la creatividad de escenarios y construcciones, en un mundo caótico de piezas altamente calculado, un producto para los pequeños con guiños a los héroes de nuestra edad juvenil en la literatura y la cinematografía, mezclados con personajes conocidos del deporte o de la televisión.

Todo este caos asombroso y multicolor tiene la misión de convertirse en un producto de ingeniería financiera, así tenemos la contradicción de obtener beneficios como consecuencia de la ficción y los sueños de la infancia. Un universo muy estudiado en el mundo de los juguetes.

Ahora, mediante las técnicas avanzadas de animación todo ha tomado su forma y las piezas encajan en la historia de una Legolandia danesa de proporciones cómicas y épicas, convirtiendo a los personajes famosos en muñequitos atrapados entre la conciencia de los adultos y el mundo infantil. Ambas miradas se entrelazan en la realidad de un padre obsesionado con la perfección (interpretado por Will Ferrell) y su pequeño, que se verá ampliado en las perspectivas digitales con nuevos y más fantasiosos jóvenes reclutas de Lego en una nueva entrega.

Si miramos con lupa el guion, comprobamos que tiene una línea básica como las piezas que maneja. Centrado en los chistes con más o menos chispa y los guiños a los mundos de sus cajas de cartón con personajes conocidos, como el mundo Marvel, piratas y vaqueros, o la cosmología Star Wars. Un popurrí de elementos para la diversión entremezclada y la concentración del programador para hacer visible todo el movimiento en la pantalla. A veces desajustado por la repetición de ideas o secuencias de una velocidad que converge con posibles ataques de psicodelia.

No vayan buscando una trama personal, son sketch sobre sus relaciones controvertidas buscando la comicidad (la parte más agradecida de la peli) y la complejidad técnica en la elaboración de los escenarios, la fluidez de las texturas hechas con piezas de plástico tratadas con programas de diseño y animación, y el desborde de imaginación, velocidad de acción y despliegue de color. Este exceso es lo que atrapa al espectador comprobando como se crea y destruye todo alrededor de los personajes, en sus movimientos fotograma a fotograma, bit a bit.

En mi caso, tuve el atrevimiento en comprobar las voces que otorgan su personalidad original a los muñecos Lego, debido a esta minuciosidad deconstructiva y al ritmo esquizofrénico en las secuencias múltiples de acción, fue una sensación entre el mareo y la esquizofrenia. Difícil mantener la atención sobre los infinitos movimientos y detalles en las construcciones, e intentar seguir la lectura de los carteles de subtítulos. Vamos, una marejada de efectos visuales y letras, con música recordando a los videojuegos antiguos creada por el compositor Mark Mothersbaugh.

Al menos reconoces a los profesionales poniéndoles cara, como a Chris Pratt, Will Arnett, Elizabeth Banks, Will Ferrell, Alison Brie, Morgan Freeman, Jonah Hill, Channing Tatum, Liam Neeson o el propio Shaquille O´Neal. Un lego-lujo.

Por tanto, este mundo con reflejo en la vida real, crea una nueva maquinaria comercial del marketing cinematográfico, una secuela más alocada si cabe, y la conexión para atraer a los adultos como acompañantes de los alucinados niños recordando su espíritu más joven. Aunque en ocasiones, algo de pausa y respiro ante la locura animada y la música electrónica se eche de menos.

Hala a flipar con Lego y Warner Bros... y quedarte de una pieza ;)

*** Interesante ***

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