Crítica de ‘El Extraordinario Viaje de T.S. Spivet’

Crítica de ‘El Extraordinario Viaje de T.S. Spivet’

No me importa que un director de cine se tome su tiempo para rodar una nueva película, en el caso del francés nacido en Roanne Jean-Pierre Jeunet, que ahora estrena su séptimo largometraje con el título de 'The Young and Prodigious T.S. Spivet', no me importa este espacio de tres o cuatro años entre sus producciones si tienen la calidad y el punto de vista de su particular estilo.


Si no te convence, ¡darse de baja es un clic!
Estoy de acuerdo con los Términos y condiciones y los Política de privacidad




Con el título en español de 'El Extraordinario Viaje de T.S. Spivet' nos llega una historia que nos introduce y seduce en su mundo onírico de personajes carismáticos, esta vez más cercanos a un concepto de realismo con conceptos visuales metafóricos.

Casi ha transcurrido la misma edad que posee su nuevo protagonista, T.S. Spivet, desde el estreno de su famoso personaje de Amélie Paulain (son doce pero en realidad el chaval de este viaje por la ciencia solamente cuenta con 10, un regalo de dos para su rodaje), Jeunet ha dado una vuelta de tuerca a su mundo de fantasía, recreando una historia desde la creatividad de una mente prodigiosa para interpolar entre la fase adulta y la infantil, haciéndonos partícipes de sus pensamientos. Todo ello junto a su fiel amigo de escritos y guiones Guillaume Laurant, dejando la impronta de anteriores trabajos en común.

Es el mismo estilo que aquella joven parisina, sin adentrarse tan profusamente en el surrealismo fantástico ni demasiados guiños a nuevos sueños cinematográficos. Todo en el filme protagonizado por el novel Kyle Catlett (que se apodera casi por completo de la historia) ofrece dos visiones, la infantil y la adulta, recreada y adaptada de la primera novela del estadounidense Reif Larsen. Como las dos partes ocultas de su nombre, la T de Tecumseh y la S de Sparrow (o el gorrioncillo como acto conceptual entre la vida y la muerte).

Una personalidad que se desglosa curiosamente en el nombre propio del indígena que luchó por la libertad de sus territorios natales contra el ejército norteamericano junto a los jefes más reconocidos de otras tribus como Cochise o Gerónimo. Posee la fama de la inteligencia y la sabiduría nómada y su nombre significa 'estrella fugaz', una declaración de intenciones con el personaje del pequeño Spivet.

El joven protagonista se hace la pregunta por boca y obra de sus creadores (escrita y filmada) del proceso más complejo y difícil de contestar por cualquier personalidad, y más si es un personaje de 10 años con exceso de imaginación. Y ésta sería, ¿cuándo se deja de ser un niño?

Lógicamente, esta explicación no está totalmente desarrollada en el filme, pues cada individuo se debe contestar por su cuenta y riesgo, incluso algunos negarán ese paso en la actual etapa adulta. Jeunet se adentra en la idea por medio del conocimiento científico a través de un viaje ferroviario que recordará a los primeros pioneros americanos hacia la tierra prometida, pero a la inversa. Hacia el este y con el sol de frente, aunque se monte en dirección contraria.

Aunque todo gira en torno al chaval y su mente fabulosa de niño prodigio, existen los típicos personajes que al director francés le atraen con especial predilección. Aquí salimos de las calles parisinas hacia el campo abierto, en una granja de Montana (posiblemente cercana a la frontera ya que se trata de una producción franco-canadiense y rodada en Longview - Alberta), pero rodada totalmente en inglés como demostración de los orígenes norteamericanos y perfectamente dibujados en el guión. Esta granja idílica, sin embargo, guardará un terrible secreto entre cabras, insectos y la dura piel de los vaqueros del siglo pasado.

Todas las cuestiones que se guardan en las habitaciones y los cajones llenos de ciencia, están basados fundamentalmente en las relaciones familiares y humanas, como el amor o la amistad, la elección entre el estudio o el trabajo por la excelencia o el deseo personal. Todo a través de una mente compleja y simple a la vez, como el capricho de la herencia de la sangre entre hermanos.

El secreto silente del vaquero y su rudeza sentimental en el nombre del padre, protagonizado por Callum Keith Rennie (próximo ejecutor de importantes proyectos), o la vigilancia de aparente desinterés de la madre en la mente científica de Helena Bonham Carter. La familia se compone de una bella y joven hermana con pretensiones de estrella, interpretada por la actriz Niamh Wilson (próximamente en el filme dirigido por David Cronenberg 'Maps to the Stars'), y el pequeño e inolvidable vaquero Layton interpretado por Jakob Davies, con papeles de importancia en su futuro cercano.

Entre juegos y cachivaches para la caza y el estudio en su maleta medio mágica, el secreto se mantendrá hasta el final del trayecto al otro lado del país. De los balidos de cabras y siseos de víboras en Montana pasando por un Chicago amenazador (y la música con influencias folk-rock y el minimalismo del guitarrista y compositor nacido en Montreal Denis Sanacore), hasta llegar en sintonía con el Este decididamente frío, en el Instituto Smithsonian de Washington. Todo por el descubrimiento de una energía inagotable como la del pequeño Sparrow, o al menos por 400 años.

El mundo de los inventos y los cuentos se darán la mano, entre niños y adultos jugando e intercambiando sus papeles en busca de un árbol que los cobije del frío invierno. Desde el genio de Einstein y su energía, a las propulsiones ideadas por el magnífico Leonardo da Vinci, se propagarán como la fuerza de este joven inventor del viejo Oeste rumbo a la capital, pero con una desventura personal que deberá enterrar con ciertas ayudas.

Estos personajes típicos del mundo Jeunet, capitaneados por un Popeye de las vías en la piel rugosa de Dominique Pinon, chocarán con otros más materialistas y cercanos al registro de los adultos, con la ensoñación de una dama en busca del prestigio personal con la actriz australiana y todoterreno Judy Davis. Por no contar, la crítica a las grandes ciudades y los medios sensacionalistas, de líneas agresivas y comercio con la desgracia personal aireando las vidas privadas.

Este maravilloso viaje en busca de la protección de ese pino especial, cruzándose con vidas sin destino aparente, observando la naturaleza desde la visión del director a través de sus ojos de niño grande, de personajes atrapados en tiempos difíciles para el romanticismo y la familia; son las características a descubrir por los espectadores que creen en estas pequeñas cuestiones humanas y si te gusta el cine de Jean-Pierre Jeunet no dudes en sacar un billete en este tren de la ciencia.

Un viaje en sentido contrario al Sol, con la vista puesta en el abrazo caluroso de los seres queridos. T.S. Spivet no es Amélie, pero posee esa misma fuente cinematográfica, curiosa e inventiva. Y su fino humor, también.

**** Muy Buena *****

Escribir un comentario

Enviar

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.