El efecto de Candy Crush en el cerebro

El efecto de Candy Crush en el cerebro

Desde que Candy Crush irrumpió en el mundo de las aplicaciones, muchos expertos se han roto la cabeza intentando revelar en qué radica su éxito, y es que la mecánica del juego no podría resultar más simple, juntar tres caramelos iguales para avanzar en el marcador.

La adicción que ha causado este juego, ha motivado a la comunidad científica a buscar los mecanismos empleadas por sus creadores para que muchos pasen jugándolo hasta 10 horas al día y terminen con dolor de brazos y espalda.


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Intrigada por ello, DANA Smith, corresponsal de la sección de ciencia en The Guardian, realizó una investigación en la que encontró que el apego comienza cuando los primeros niveles se superan de forma sencilla y rápida, generando sentimientos de superación y satisfacción en el usuario. "Esta estrategia se conoce como un programa de refuerzo de razón variable y es la misma táctica utilizada en las máquinas traga monedas".

Y es que aunque parezca que Candy Crush depende de la pericia del jugador, en realidad es esencialmente un juego de suerte. El triunfo varía en función de la gama de colores que ha sido proporcionada al azar, lo que implica que los logros vendrán de forma inesperada. Se pierde más a menudo de lo que se gana y nunca se conoce cuándo aparecerá el próximo triunfo. En lugar de desalentar, esta realidad hace que el juego sea aún más atractivo que cuando se ganaba fácilmente.

Otra característica fundamental del juego es que afecta sustancialmente a cómo responde el usuario es el límite de vidas, que impide generar una sensación de cansancio. Después de cinco derrotas, hay que esperar 30 minutos para que se regenere cada vida, lo que provoca que el jugador nunca se sienta saciado y siempre tenga ganas de más.

Tampoco es casualidad que el juego emplee caramelos y no estrellas u otro tipo de símbolos. Según Sherman, estudiante de psicología en la universidad de Cambridge, los alimentos resultan muy recurrentes en los juegos de azar ya que los liga a la felicidad y el placer que se obtiene al comer.

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